jueves, 22 de octubre de 2015

Sitges 2015 (III) - 16 de Octubre


Otro día en el que llegamos pronto aunque yo personalmente no vaya a ninguna sesión hasta las 15.00. Pero así tenemos tiempo suficiente de acomodarnos en el hotel que hemos reservado por una noche y comprar algo en el supermercado. Tocan 3 películas en El Retiro...

The Boy and the Beast

Desde Summer Wars, que también vi en Sitges, he seguido la pista de Mamoru Hosoda. Muchos se apresuraron en colocarle la etiqueta de "nuevo Miyazaki", equiparando sus películas a las producidas por el mítico creador en Studio Ghibli. Soy de los que ve innecesario usar etiquetas así, pero sin duda la calidad de sus obras lo están poniendo en un podio bastante alto. Aun así, me sigue gustando más Wolf Children o Toki wo kakeru shōjo que la película que aquí nos ocupa o la que he mencionado primero.

Un chico que se escapa de casa de su familia adoptiva acaba en el mundo de las bestias, y convirtiéndose en el aprendiz de una de ellas. Al cabo de los años, pero, vuelve a nuestro mundo y descubre que hay muchas cosas más por aprender gracias a una chica; y se verá envuelto en un problema entre ambos mundos.

Sinceramente, se me hizo algo pesado el tramo del entrenamiento, cargado de humor muy japonés y demasiado repetitivo, me aburrí un poco (suerte de la pequeña bola de pelo para amenizar). Sin embargo, el resto de la película, aunque tremendamente previsible, lo disfruté mucho: una historia sencilla, con un sentido de lo fantástico embriagador y que remarca una serie de valores bonitos y enfatiza en la relación alumno-maestro y en el aprendizaje en sí como crecimiento personal.


Un breve descanso porque la siguiente proyección nos espera en el mismo cine a las 19.15. Comento en general porque las dos siguientes películas las escogimos por sinopsis y el haber decidido pasar la noche en Sitges por las que queríamos ver al día siguiente así que íbamos con algo de escepticismo...

Writer's retreat 

Un grupo de personas va a pasar un fin de semana en un caserón que, por su ubicación en las marismas, queda aislado del terreno que lo circunda durante varias horas al día. Es el lugar perfecto para que la creatividad fluya y la concentración de escritores amateurs, guiados por un par de profesionales del sector, resulte en algo satisfactorio. Sin embargo, tras la primera noche uno de los asistentes ha desaparecido...

Se alternan momentos que exploran los quehaceres de los aprendices del taller literario, casi siempre tratando de revelar algo de su personalidad y trasfondo, con otros en los que la tensión se acrecenta por las sospechas de que algo extraño ocurre y de que alguien tiene planes no muy agradables preparados para los asistentes.

Personalmente, el tema literario -tratado con humor- me gustó bastante (me reí mucho con la historia del prepotente por ejemplo), pero la otra vertiente de la película me pareció más bien floja; y con un ritmo no muy bien llevado en general. Además, le falta algo de enjundia en los temas que explora, no acierta en el nivel de profundidad que ofrece; sin embargo, está bastante bien realizada y por momentos llega a enganchar.


Para la siguiente proyección fue la única ocasión en que hemos sufrido un retraso de horarios en esta edición del festival, y casi que resultó la peor posible, porque hacia las 23 en la cola se notaba el frío y aparte del tiempo de margen que ya llevábamos tuvimos que esperar unos 40 minutos extra...

The Devil's Candy

Una familia joven (marido, mujer e hija) se muda a una nueva casa en la que ha muerto gente con anterioridad. Al poco tiempo, el padre empezará a sentirse desconectado de la realidad al oír extraños sonidos... Que también parece oír el antiguo inquilino.

Una película bastante directa, que no se anda con rodeos. La presentación de la familia es ágil y gustará a los fans de la música metal ya que dicho género es una afición que comparten padre e hija. La paz cotidiana se ve interrumpida cuando algo parece alienar al padre mientras pinta (que es a lo que trata de dedicarse) y cuando reciban una inesperada visita.

Muy entretenida y con una banda sonora de lujo que además no se nota forzada. Con algunos detalles muy buenos como el telepredicador (que por efectismo me recordó algo a Rob Zombie, aunque la idea ya la debía tener en la cabeza por la música) o la galería de arte para la que quiere trabajar el protagonista.


Y a dormir, que el despertador suena pronto...

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