Lo bello y lo grotesco. Saya no Uta (Novela visual)

El género de las novelas visuales no es muy conocido en occidente, si bien esto es porque las distribuidoras no se prestan a traducirlos y publicarlos, ya que en internet hay una comunidad bastante extensa de este tipo de juegos, y muchas personas se dedican a traducirlos -extraoficialmente y sin ánimo de lucro- para que puedan llegar a más personas. En los últimos años sí ha habido mayor presencia comercial de juegos del género, pero la mayoría de los que han llegado tiene particularidades que añaden algún aspecto más jugable (como la saga Ace Attorney). Las novelas visuales clásicas se caracterizan precisamente por poca interactividad (o prácticamente nula) más allá de avanzar los diálogos y escoger opciones que se presentan a lo largo de la historia. Por ello es habitual que se compare a estos juegos con libros de elige tu propia aventura, y en general son eso: libros, pero con el importante añadido, como es obvio, del componente audiovisual.

Saya no uta ("la canción de Saya" en japonés) es una novela visual de corte clásico, de jugabilidad mínima, con apenas dos decisiones a tomar en todo el juego. Las elecciones desembocan en tres finales distintos que se complementan. El juego lo conocí gracias a un grupo dedicado al fansub (07Inquisition), y es que es muy difícil que una empresa de aquí se dedique a traducir juegos como éste, como ya he comentado antes. Y en concreto para Saya no uta sería incluso más complicado por la temática que trata, el terror psicológico; además del contenido sexual.

Sakisaka Fuminori es un estudiante de medicina que hace tres meses sufrió un accidente de tráfico. En él perdió a sus padres y estuvo a punto de morir, sin embargo, una operación avanzada de neurocirugía permitió salvar su vida. Fuminori aparenta ante los médicos que no sufre secuelas por la operación pionera, para que no lo traten como a un sujeto con el que experimentar, pero en realidad su percepción del mundo se ha alterado por completo. Ahora todo lo que ve es carne y vísceras. Los edificios, cualquier objeto e incluso los demás seres humanos son para él grandes órganos y masas de carne pulsantes que desprenden un olor fétido, segregan líquidos asquerosos y hablan con voces de ultratumba. En resumen, cualquier manifestación del mundo ofende a sus cinco sentidos -incluyendo los miembros de su grupo de amigos-.

Sin embargo, cuando Fuminori está por volverse loco, conoce a una chica. En medio de todo ese caos, ve a una chica guapa, cuya voz es melodiosa, es agradable al tacto y huele bien: todo lo contrario al mundo en sí, una delicia para sus sentidos. En poco tiempo su relación se vuelve muy estrecha e íntima, llegando a un punto de pureza en el que Fuminori se pregunta por qué Saya quiere tener sexo con tanta frecuencia. Aquí llegamos a un punto quizá polémico del juego, ya que abundan las escenas de sexo, igual que las escenas gore; y en ocasiones se unen ambas, generando situaciones muy desagradables. En las opciones del juego se puede regular la censura, con varios grados tanto para el gore como para el sexo. De todas formas, a pesar de que sí hay bastantes CG de temática sexual, alguna puede sobrar, pero no todas. El sexo tiene su lugar importante en la trama por lo que alguna escena es lógico que poseyera imagen; pero quizá sí hay demasiadas considerando el conjunto global de imágenes que tiene el título.

He querido aclarar esto porque me parece algo bastante complejo. La presencia de imágenes con contenido erótico o sexual no es algo tan raro en objetos culturales de Japón. Los videojuegos obviamente no son un caso aparte, pero conviene tener en cuenta, a la hora de valorar fenómenos como éste que el producto procede de otra cultura distinta a la nuestra. Que sí, que en ocasiones también se aprovechan de recursos como éste para buscar la venta, con un uso más bien condenable del tema (y esto obviamente no sólo ocurre en Japón... Basta con ver la publicidad en general del mundo y los abusos de clichés de género por poner un ejemplo sencillo). Pero también hay casos en que hay que comprender el sexo como un punto más del argumento, de verdad. Vaya, yo diría que el sexo es un aspecto importante de las vidas de los seres humanos, por mucho que haya gente que no quiera entenderlo y crea que hay que taparlo todo. No creo que tratar de prohibir o censurar en ese sentido sea productivo para poder desarrollar una buena educación sexual, con menos tabúes y convenciones y más sentido común y tolerancia las cosas podrían ser de otra manera.

Volviendo al juego, las ilustraciones en sí son bastante correctas aunque no sobresalen especialmente en ningún sentido: acompañan bien a la historia. Los efectos de sonido están muy bien conseguidos y ayudan mucho a la ambientación. Y la música sin duda es el punto fuerte del componente audiovisual, pues concuerdan en todo momento con la lectura en los distintos sucesos, poniendo por encima del resto de composiciones las que acompañan el misterio y el terror.

Sin duda el punto fuerte de la novela visual es precisamente la presencia unida de gore y sexo, esto puede sonar raro, como si fuera sólo para amantes de películas de serie Z, pero no hay que olvidar que en el fondo la historia que cuenta Saya no Uta es un historia de amor seria. Un amor que nace del rechazo que sienten dos individuos por el asqueroso -literalmente- mundo que les rodea. Y las mayores sensaciones vienen de este mismo contraste tan grotesco: en las escenas de romance, cuando ya te imaginas quien es Saya -y más adelante cuando lo comprendes por completo- resulta una curiosa sensación por lo que lees y ves. Se ahonda también en la psicología de los personajes principales quedando todos bien definidos al concluir la novela. Entre ellos los tres compañeros más cercanos de universidad del protagonista, la doctora que lo evalúa y el padre de Saya. Y el terror no procede únicamente de lo físico, como lo gore y la violencia, si no también del componente psicológico de estos mismos aspectos, así como de su influencia en los personajes.

Llegando a este punto sobra decir que el título no es para todos los públicos, y con esto quiero decir que no es para todo el mundo por muy mayor de edad que sea esa persona. Requiere de cierto estómago para poder digerir, pero es una decente historia, con una trama simple pero que mantiene el interés y con algunos puntos originales que realzan ese interés. Como ya comentaba con anterioridad, cuando se completa la historia al cien por cien (con los tres finales) se consigue la imagen global de lo que es Saya y su papel en el mundo, lo que sin duda deja un curioso relato de ciencia ficción. Eso sí, aderezado con violencia, sexo y terror psicológico.

Pocas veces he experimentado sensaciones como lo que trato de explicar aquí, es decir, es algo más habitual que en otras historias se pueda pasar de la felicidad a la tristeza muy rápido, pero al fin y al cabo es de un momento al siguiente. Aquí, hay constantemente una sensación agridulce: es bello y desagradable a la vez, hay cosas horribles que al mismo tiempo son comprensibles.