Ambientada en un
futuro cercano o una actualidad alternativa, Her (Spike Jonze, 2013) narra la
historia de varios personajes a quienes resulta difícil sobrellevar las
relaciones personales (en especial románticas) de sus vidas.
En una sociedad muy
similar a la nuestra en nivel tecnológico, pero con algunas diferencias
estéticas (con un aire hipster, para qué negarlo), Theodore Twombly (Joaquin
Phoenix) no ha sabido salir adelante después de su ruptura con su anterior
pareja, vive yendo de casa al trabajo y apenas tiene ganas de más. Su actuación
es un aspecto fundamental de la historia, y está repleta de detalles, a los que
muchas veces se suma la importancia de la banda sonora, muy adecuada siempre.
La película focaliza
en él, pero el resto de personajes con los que interactúa, sin bien no ocupan
mucho tiempo del filme, son sustanciales. Desde el recepcionista de su trabajo hasta su vecina y antigua amiga, pasando por una breve cita, todos ellos aportan
cierto punto de vista y ayudan a que Theodore pueda ir dando pequeños pasos
hacia delante. De un modo similar, las imágenes de la ciudad y el resto de sus habitantes ayudan a formarse una idea más completa del contexto y también ayudan a la cohesión de la trama.
El otro eje del filme
es Samantha (Scarlett Johansson), la inteligencia artificial con la que Theodore
entabla una relación. Primero él mismo es algo reticente al hecho, pero finalmente dejará
los prejuicios de lado al verse tan comprendido y acompañado. Un verdaderamente
buen trabajo de actriz de voz que otorga gran personalidad al personaje.
En realidad la tecnología queda más como un subtema, es el motivo que da pie a la historia, pero no termina siendo lo más importante. El mayor peso en este aspecto acaba recayendo en una reflexión sobre naturaleza de las IAs y algunas consecuencias que pudiera tener su uso, con una
visión bastante naíf pero interesante al fin y al cabo.
Sin duda el punto fuerte del filme es la capacidad de hacernos reflexionar sobre lo que conforma a las personas, sobre lo que cada uno es y lo que cada uno quiere, sin interferencias ni excusas; y lo complicado que resulta actuar muchas veces sobre la propia vida, aun cuando resulta fácil reconocer perfectamente los problemas de otros.
Sin duda el punto fuerte del filme es la capacidad de hacernos reflexionar sobre lo que conforma a las personas, sobre lo que cada uno es y lo que cada uno quiere, sin interferencias ni excusas; y lo complicado que resulta actuar muchas veces sobre la propia vida, aun cuando resulta fácil reconocer perfectamente los problemas de otros.
Ya que Theodore es el epítome de esto último: trabaja con éxito escribiendo cartas personales “a mano” para otras personas y, no obstante, no consigue averiguar –y mucho menos expresar- qué es lo que él mismo siente en realidad. Y parte de estos problemas vienen de su incapacidad de confrontar el pasado para poder vivir un presente en plenitud.
En definitiva, una buena película que trata problemas actuales ofreciendo una visión muy acorde al tema. Una historia sencilla y emotiva que la actuación de los dos protagonistas ensalza y que al mismo tiempo consigue no hundirse (no es que no lo tenga) en el sentimentalismo más fácil.
*No puedo dejar de enlazar esta broma con Community...
En definitiva, una buena película que trata problemas actuales ofreciendo una visión muy acorde al tema. Una historia sencilla y emotiva que la actuación de los dos protagonistas ensalza y que al mismo tiempo consigue no hundirse (no es que no lo tenga) en el sentimentalismo más fácil.
*No puedo dejar de enlazar esta broma con Community...
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