sábado, 3 de octubre de 2015

Bartleby, el escribiente - Herman Melville


Herman Melville es generalmente conocido por su novela Moby Dick (1851), pero de entre el resto de sus obras sin duda destaca Bartleby, el escribiente (1853), un relato al cual se han dedicado infinidad de estudios con interpretaciones muy diferentes. El extenso número sin duda se debe a la ambigüedad de la obra, y por eso mismo no ha de tratar de buscarse que una sea mejor que otra. Como siempre digo, habrá lecturas que se acerquen más a la voluntad o idea del autor, pero lo importante es la que se forme uno mismo.

El relato cuenta la historia de un abogado (personaje principal y narrador) en su oficina en Wall Street. Se centra en la incorporación de un nuevo trabajador a la plantilla, Bartleby, aunque primero dedica una parte introductoria para definir de forma bastante breve al propio narrador y al resto de trabajadores del negocio. Pronto se percibe un punto surrealista en los personajes, ya que exhiben comportamientos bastante estrambóticos, pero ese aire va transformándose en algo más filosófico y profundo en los últimos compases del relato. Contraste que se aúna también con el referente a la precisa descripción del resto de personajes, tanto física como psicológica, frente a la escasa información que se ofrece del nuevo copista.

Cuando Bartleby empieza a trabajar allí se muestra como una persona reservada, de escasas palabras pero ejemplar en su faena de copista. Sin embargo, cuando su jefe le requiere de otra actividad que también forma parte del trabajo que ha de ejercer, Bartleby rehúsa, blandiendo la frase que hace famoso al relato: "preferiría no hacerlo" ('I would prefer not to' en el original). A partir de ese momento, la inacción del personaje irá incrementándose de manera desmesurada hasta el desenlace.

La piedra angular de la narración es la historia de Bartleby, sí, pero quizá lo más importante aún es la focalización en el narrador. A medida que avanza el texto no descubrimos nada acerca de Bartleby, pero sí vamos introduciéndonos en la psicología del personaje narrador, ya que su mente es el cristal que posibilita al lector presenciar la historia. ¿Por qué permite durante tanto tiempo el rechazo de Bartleby? ¿Qué es eso que le conmueve de su nuevo copista? Por el misterio que envuelve a Bartleby, la imagen casi inhumana que se nos da de él y las dudas que infunde la figura del narrador, la lectura del relato es bastante abierta, a pesar de tener unos puntos bastante claros y definidos.

Quienes apelan a la biografía del escritor refieren a la mala recepción que habían tenido hasta ese momento sus obras y que el protagonista de este cuento es una suerte de manifestación de su frustración; de hecho Melville dejó de escribir (o publicar al menos) durante años, por lo que podría a ser una muestra de un mal de la escritura -o la actividad literaria- a superar. Una lectura mucho más superficial se puede quedar en una visión puesta en práctica del nihilismo más extremo; tanto simplista, la de alguien entregado a la nada, como adquiriendo un significado mucho más profundo remitiendo a una angustia trascendental del ser humano. Otra lectura más social podría hallar trazas importantes del núcleo de la obra en el contexto histórico-económico en el que se presenta y ubica la misma. Incluso todo se puede tomar simplemente como un espectáculo de lo absurdo, sin más. Y podría seguir, pero preferiría no hacerlo...

Por eso animo a leer Bartleby, el escribiente, da igual lo que esperéis de él y todo el rollo que yo pueda haber soltado (o que hayas leído en otro lugar), tal vez lo que os diga a vosotros es muy diferente, o tal vez no os diga absolutamente nada.

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