Hello world
Una película que nos propone algunas nociones ya tratadas en obras de ciencia ficción muy interesantes, como los mundos simulados, con una perspectiva reconocible para los fans de la animación japonesa (las referencias a Greg Egan no son al tuntún).
Y la estaba viendo con ciertas reticencias sobre todo por los habituales tópicos de este género. Pero a medida que la historia va llegando a ciertos puntos importantes y giros, me iba gustando más.
La pega que le pongo es que tal vez podría construirse un poco más el personaje de Ruri, dedicar más tiempo a cómo construyen su relación ella y el protagonista (que ya hay alguna escena que a mí me pareció potente) y hacer más breves las escenas de acción (que al final se me hicieron un poco largas). Supongo que el equilibrio final casa más con lo que se espera comercialmente de este tipo de películas. (Debo comentar que esto ya me ha pasado con algunas, como El niño y la bestia, de la que recuerdo exactamente la misma sensación, aunque debería refrescarla para comentarla mejor.)
Es de aquellas que tiene un momento en que parece que ha acabado y no, aún quedaba alguna cosa en el tintero. Esa última escena, para mí, termina de cerrarla muy positivamente, porque hace que algunos de los peros que le ponía terminaran de encajar.
Lucky
Una escritora sufre el acoso de una figura enmascarada, como nadie parece tomársela muy en serio, se decide a ponerle remedio por sí misma.
Todos tenemos algún tema o motivo que nos llamé especialmente, para mí que haya escritores en la trama es uno de ellos (ojo, que en Hello World son importantes los libros, lo que también me gusta). Entré en seguida en Lucky gracias a esa dimensión de la trama y también a cómo construye lo extraño, a cómo consigue que te pongas en la piel de la protagonista.
La premisa en sí misma puede ser un trigger warning para alguna gente, y no creo que yo esté en una posición en la que pueda opinar mucho del tema, pero (esta palabra indica que lo voy a hacer de todas formas… ^^U) creo que puede estar bien darle una oportunidad precisamente como algo que ayude, en el sentido catártico del que hablaba Aristóteles en su Poética. El terror está ahí, y además es un terror muy cotidiano, que puede ser mucho más duro que la presencia de un monstruo o un ente incomprensible. Sin embargo, la directora se esfuerza en que eso sea el medio que lleve a la resolución, una resolución que sin duda busca el empoderamiento.
Me gusta el efecto que tienen algunas películas cuando su título hace clic (cobra mayor sentido) mientras la estás viendo; y en este caso me sucedió con una escena bastante potente.
El problema que le veo a la película es que llega un momento en que es muy explícita con su mensaje. A mí me suelen gustar más los artefactos culturales que dejan a la imaginación o cuya ambigüedad proporciona juego, y creo que en este caso a quien esté de culo con el tema del feminismo esto le echará aún más para atrás. Pero entiendo que Lucky quiere golpear al espectador en el clímax, restregarle el mensaje por la cara. Y me parece bien porque el mensaje de Lucky es muy necesario.
Spiritwalker
Siempre apetece ver un thriller coreano en Sitges. Este año no había mucho donde elegir, pero eso no desmerece la sinopsis de este: un hombre despierta cada 12 horas en el cuerpo de otra persona y no puede recordar quién era antes de que esto empezara a suceder.
La reflexión sobre la identidad se diluye mucho en una trama de gánsters, agentes encubiertos, tiros, peleas y persecuciones a diestro y siniestro. Tiene un buen ritmo y engancha con el rompecabezas que propone, pero no aporta mucho más que eso. Esto no es malo, porque si os gustan este tipo de películas la vais a disfrutar seguro.
Sesión doble:
Este año en lugar de maratones había sesiones dobles. Es la solución por la que optaron para asegurar la ventilación de las salas y demás medidas. Sin embargo, es curioso, porque yo me había propuesto, después de que el año pasado supusiera demasiado agotamiento (octubre siempre es una época en la que mis defensas no están muy allá), no ir a ninguna maratón este año a no ser que alguna me llamara muchísimo. Así que el cambio hizo que me lo replanteara, dos películas no me parecían tanto y acabé cayendo en un par jaja. Un pena que me quedara sin ver Slaxx y Spree el último sábado, cuando se cancelaron las actividades más allá de las 23 h, pero fue una medida totalmente comprensible, por otro lado.
Hosts
Si antes comentaba qué podía atraerme a un película, Hosts también cumple con otra de mis filias: una reunión concreta (festividad en este caso) de varias personas da lugar a una situación extraña/incómoda. La premisa de una película que al menos durante buena parte vaya a sustentarse en las conversaciones que mantienen varias personas es una presentación que me gusta porque es muy teatral, un buen diálogo puede construir los personajes de manera muy delicada, y la tensión puede ir en aumento hasta que explota.
The invitation me encanta precisamente por eso, ya que construye una atmósfera de paranoia que es de lo que más disfruto en el cine de terror (con ese gran referente que es La cosa de Carpenter). Secret Santa me sorprendió hace un par (o más) de ediciones de Sitges (creo que está reseñada por aquí), porque hacía algo parecido pero con un tono mucho más desenfadado y repleto de humor negro.
Sinceramente me esperaba algo tipo esta última película que menciono y quedé muy decepcionado. Presentó la película un equipo de rodaje bastante completo y con su simpatía creo que puedo decir que nos motivaron a todos los presentes… Pero esa motivación empezó a desinflarse casi desde el minuto uno. Malas actuaciones y personajes que hacen cosas que no tienen sentido provocaron que no pudiera tomarme en serio nada de lo que sucedía en pantalla. Y ojo, esto no era buscado, que hay películas que se nutren de ello, Hosts quiere ser un producto serio, pero los malabarismos que hace para ser un largometraje de muy escaso presupuesto no le salen bien.
The queen of black magic
No puedo decir que sea consciente de haber visto demasiado cine de Indonesia, y este año tenía una presencia especial en el festival, así que me apetecía ver qué ofrecía esta película. Si solemos tener prejuicios sobre el cine español (¿quién no ha dicho u oído “esta película está muy bien para ser española”?), supongo que es natural tenerlo con otras industrias. Ahora bien, me parece obvio que debemos tratar de quitarnos estas ideas de la cabeza, estos falsos halagos no deberían seguir extendiéndose. No me malinterpretéis, sí que es cierto que la industria de cada país tiene unas características propias y no es malo referirse a ellas, menos aún para hacer una reseña (me veréis hacerlo ahora mismo y también en el comentario de alguna que otra película más del festival), lo que quiero tratar de evitar es precisamente ideas que nos puedan hacer pensar: “uf, ya sé cómo va a acabar esto porque es de tal país”.
The queen of black magic no tiene nada que envidiar en cuanto a factura a cines con mucha más trayectoria. Tanto en el aspecto visual como en el sonoro y en la actuación (ahora me pregunto si no la ensalcé un poco más en contraste con la anterior…), la película es más que correcta.
Una familia viaja al orfanato donde se crió el padre. Cuando llega la noche empiezan a suceder cosas extrañas que están inextricablemente relacionadas con el pasado del centro y sus recuerdos. Puede sonar una premisa muy trillada, pero la película usa muy bien los topos para crear una ambientación oscura y en ocasiones asfixiante. Tiene algunas escenas potentes, que exploran la angustia de maneras originales, pero otras terminan siendo un poco repetitivas y algo inconexas con el resto. La resolución tampoco me pareció demasiado satisfactoria.
Una cinta que revive el terror más clásico de manera muy efectiva y que lo adereza de una crítica social importante. No os va a cambiar la vida pero es entretenida.
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