Possessor
La protagonista trabaja para una organización que se encarga de cometer asesinatos. Estos se realizan mediante una tecnología que permite poseer los cuerpos de otras personas. Hasta que un día se topa con un huésped que le pone las cosas difíciles.
Los apellidos, de donde venimos, nos marcan queramos o no. Brandon Cronenberg llevará la etiqueta de ser hijo de su padre durante un tiempo, seguro, porque por mucho que él haga seremos el resto quien se la continuemos poniendo. Hasta cierto punto es un reclamo, pero también es un listón que se le coloca.
En Possessor, Brandon Cronenberg precisamente abraza el legado de su padre en multitud de aspectos: la estética es el primero que salta a la vista, con los aparatos que permiten la traslación de la conciencia o los efectos escogidos para representar dicho proceso; también en la critica y en los temas tratados, que se apoyan en la ciencia ficción para profundizar en aspectos profundos de la existencia y el ser en sí mismo.
Las reflexiones sobre la identidad no son solo un telón de fondo, están ahí para perturbarnos, para que nos planteemos posibilidades. El tan manido tema de qué nos hacer ser lo que somos se explora de una manera tan visceral, que resulta imposible que no nos remueva. Además de por esto último, a mí también me gustó mucho el juego que da la trama en sí para valorar posibilidades de lo que está o no ocurriendo y de lo que ya ha ocurrido antes del tramo de la vida de la protagonista que narra la película.
The show
Muchos fuimos atraídos a esta película por Alan Moore, para que negarlo. Show pieces es el primer proyecto donde colaboraron Mitch Jenkins como director y Alan Moore en el guion (entre 2014 y 2016): una serie de varios cortometrajes donde el autor da forma a su particular versión de su Northampton natal; y dicho proyecto se configura ahora como el prólogo a esta película.
Tenía bastantes ganas porque este año precisamente terminé de leer Providence y me gustó mucho; no me importaba probar con esta cinta de la sección «Noves visions», donde todo apuntaba a que podía ser una experiencia psicodélica y confusa. No fue así, The show es una amalgama de géneros que trata de abarcar muchas de las inquietudes de Moore, pero no me resultó enrevesada ni tan extraña como podía parecer en un principio. Detectar las referencias y saber interpretarlas dará mayor profundidad al visionado, claro, sinemabrgo, no hacerlo no provocará que nos perdamos, ya que el hilo es sencillo de seguir.
El protagonista llega a Northampton buscando un hombre y su investigación es lo que vertebra la trama, en la que el noir lo impregna todo hasta hacerse físico en algunas escenas. Para completar su búsqueda, tendrá que vagar por la ciudad conociendo a personajes cada cuál más pintoresco.
Otro apunte es que muchos personajes quedan perfilados y no llegan a tener demasiado papel. Esto se explica porque esta película quiere ser una pieza más de este universo del que esperan realizar una serie en el futuro. Por esto mismo puede dejar con ganas de más o con la sensación de que es un producto partido; yo pienso que la historia está bien contenida en sí misma, y no necesito que me den todas las respuestas para disfrutarla.
Sputnik
Como ya anuncié, volveré a mencionar el tema de los prejuicios: no sabía si esperar mucho de esta película rusa. Debo decir que mis reticencias venían de la última que vi en el festival de dicho origen, algo que prefiero olvidar.
En el contexto de la Guerra Fría, un cosmonauta regresa del espacio… y parece que lo hace acompañado. Para comprobar su estado físico y psicológico, la agencia espacial contacta con una especialista.
Los tintes de Alien son evidentes, pero la película se las apaña para recorrer su propio camino. Plantea las implicaciones típicas de la existencia de un alienígena desde distintos tipos de vista: desde los que puramente quieren respetar y entender esa forma de vida hasta los que quieren hallar el modo de usarla.
A mí se me hizo un poco larga en algún momento, creo que por previsible, pero eso no quita que su buena factura la haga muy disfrutable (sobretodo para los fans del género) y que pueda hacernos pensar en alguna que otra de esas implicaciones que presenta la trama, donde la protagonista tiene mayor peso de lo que puede parecer en un principio.
The silencing
Me he dado cuenta de que los thrillers que suceden en zonas boscosas o de montaña también me llaman la atención, creo que desde Wind river (película que comenté por aquí). Años después de que desapareciera su hija, un padre, mientras vive retirado en una reserva natural, se topa con unos sucesos que pueden estar vinculados con su desaparición y que está investigando la nueva sheriff local.
La película tiene alma de telefilme y muchos de los topos que trata son los habituales en este género (padre atormentado, policía novata, jóvenes con problemas, etc.), aun así, está construida de una manera que la hace sobresalir. Las actuaciones son buenas y los temas se abordan desde perspectivas algo más complejas a las que estamos acostumbrados en el mainstream (sin llegar a ser excepcionales). El puzle de la investigación no es complejo de resolver, pero es entretenido de seguir; y la contundencia de algunas escenas y los giros y resoluciones que busca en algunos aspectos la hacen recomendable si te interesa la temática.
Archive
En un futuro cercano, el protagonista está desarrollando una inteligencia artificial en una instalación remota en las montañas. Creo que en mi lista queda algo por debajo de otras películas de temática similar como Ex Machina, pero eso es solo porque ambas me parecen muy buenas; de hecho, puede que fuera una de las que más me gusto del festival. El director trabajó como supervisor de VFX en Moon y esto se nota en la estética y varios detalles del filme.
Como cabe esperar, la trama gira alrededor del hecho de crear vida sintética y sus consecuencias y de las posibilidades del desarrollo de la conciencia y las capacidades de la misma. Pero todos los detalles que la envuelven resultan muy interesantes, desde la organización para la que trabaja el protagonista hasta la relación que él tiene con su pasado. Nada sobra, y en conjunto crean un universo muy detallado y una historia que engancha por las preguntas que suscita.
Curiosamente, como me sucedió con Hello World, este es otro de aquellos casos en que el final hace redondo el todo. Muy recomendable para los amantes de la ciencia ficción.
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