Al final no me he podido resistir a hacer una tercera entrada sobre lo que he jugado en 2017. Además de hacer un repaso rápido a algunos que no han entrado en el top 10, quiero comentar otros que no son excelentes pero que son recomendables de todas formas y un par que he dejado a medias.
Otros juegos que me han gustado:
Con el enfoque narrativo que tengo desde hace tiempo, no me he metido demasiado en el boom de los roguelikes y similares, probé Binding of Isaac y no me enganchó. Sin embargo, un título me atrajo poderosamente la atención y me alegro de haberle dado una oportunidad en las rebajas de Steam: Crypt of the NecroDancer. Simple y llanamente, ofrece lo que promete: un juego rítmico en el exploras mazmorras que se generan procesalmente. Muy adictivo, como su banda sonora.
A principios de diciembre empecé a jugar a Overwatch y me entretiene bastante. Hacía años que no jugaba a un multijugador online más allá de probar varios MMORPG sin llegar a viciarme. Me gusta y me parece un buen juego para echar una partida de vez en cuando, con tantas maneras distintas de jugar es muy accesible y al mismo tiempo resulta difícil cansarse. Este año continuaré y tal vez cuente cómo me va.
Juegos en la medianía:
Ya he comentado alguna vez que los juegos del PSN plus me han traído más de una sorpresa agradable. La última fue Severed, un juego táctil de los creadores de Guacamelee, un dugeon crawler en primera persona en el que en los combates hay que describir varios gestos para realizar ataques y distintos poderes. Visualmente es atractivo y te mete de lleno en un mundo oscuro y devastado. Las mecánicas me sorprendieron gratamente, y tiene una progresión muy ajustada para su duración, que hace que no te llegue a cansar en ningún momento; aunque dedicarse a obtener todos los secretos ya requiere más paciencia.
Lords of the Fallen nace de la fiebre de los soulslike. Mecánicamente está pulido, y tiene algunos enemigos interesantes para quienes gusten de desafíos, aunque el sistema opta por unos árboles de poderes que dan bastante manga ancha y cada vez va suponiendo menos reto. Visualmente (y algo en lo jugable también) recuerda a Diablo o Darksiders, y en ambientación y jugabilidad también tiene regusto a estos. Todo ello funciona, de una manera muy correcta, pero al mismo tiempo se queda solo ahí, una amalgama de buenos factores pero a la que le falta algo de personalidad propia para destacar.
Jugué Resident Evil Revelations 2 por el multijugador, y es el principal motivo por el que lo recomiendo. Como el primer Revelations, es un paso intermedio entre el camino que estaban tomando Resident Evil 5 y 6 y recuperar el componente survival horror de los principios de la saga. Y funciona bien. Nos trae personajes conocidos y desarrolla una trama interesante y correcta, que consigue poner al jugador en tensión como antes. Además, tiene varios modos extra para echar más horas si te has quedado con ganas.
Juegos con los que no he podido:
Escribiendo el repaso a 2017 me entraron ganas de hablar de algunos juegos que no me han gustado tanto o que me han decepcionado. Es algo que no suelo hacer porque tiendo a tener más ganas de hablar de lo que me gusta que lo que no (y de paso remarco que me parece más sano...), pero aquí quiero hablar de esos casos en los que el juego en general me gusta, pero hay algunos aspectos muy concretos que identifico que me tiran para atrás, que si no estuvieran mejorarían la obra a mi modo de ver.
No he aprovechado la Wii tanto como hubiera querido, y Xenoblade Chronicles me llamaba desde hacía mucho tiempo. Compré un cable de video por componentes para que no me sangraran los ojos al conectar la consola a la TV y emprendí el camino.
Un mundo enorme de estructura lineal pero con mapas enormes por los que perderse, civilizaciones extrañas llenas de pnjs con su propia historia y relaciones particulares entre sí; un sistema de combate ágil y dinámico, donde las posición y los combos de habilidades tienen mucha importancia; un sistema de mejora de habilidades y equipo profundo, en el que la recolección de materiales tiene peso; misiones secundarias,...
Sin embargo, en algún momento me aparté del camino. Otros quehaceres me separaron del juego y al cabo del tiempo me di cuenta de que no me apetecía retomarlo. Mi partida está ahí (con unas 70 horas me parece). Creo que uno de los principales problemas fue la trama, cada vez que pretendía dar un giro, ya me lo había olido, todo se me hacía muy típico, y los personajes, clichés aburridos, no ayudaban a que me atrapara su historia, por más que lo intentaba no conseguía sentirme cercano a ellos.
La atmosfera que consigue, aunque trillada, es muy efectiva: un hospital psiquiátrico, oscuridad, ruidos, experimentos, criaturas extrañas... Pero me terminó resultando aburrido. Todo el rato se repetía la misma estructura: explorar una zona hasta descubrir algo y huir del peligro de turno. Me di cuenta que la tensión que me generaba al principio se desvanecía porque no hacía más que correr de un lado a otro, sin ningún motivo que me instara a continuar o salir vivo de allí.
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