Sigo con el repaso a los juegos que he jugado durante 2017, escribiendo mini reseñas de los que más me han gustado o me han marcado de alguna manera. En la entrada anterior no lo hice explícito, pero comenté 5 títulos, aquí traigo otros 5 para hacer una especie de top 10. Aunque desordenado, sí que puedo decir que el que más me gustó fue Bloodborne y que en general los 5 anteriores están un poco por encima de estos, pero no muy lejos (y algunos de los que comento al final de la entrada por encima de estos). Me dejo en el tintero otros juegos, pero es que entonces podría haberse alargado más y más...
De entrada Dishonored puede parecer algo tosco y típico, pero poco a poco los entresijos de Dunwall —y lo que está más allá— nos van conquistando. Con una variante propia del steampunk, la trama se articula entre la lucha social y planteamientos morales interesantes.
Me encanta el diseño de niveles, los escenarios te hacen sentir que tienes libertad de movimiento, porque procuran que se puedan acometer de varias maneras, usando más unas capacidades u otras. Ya hace años que se va viendo este patrón en los juegos de sigilo/acción, pero Dishonored lo consigue con muchísima fuerza gracias sobre todo a un excelente uso de la verticalidad.
En el mismo sentido, las misiones ofrecen alternativas para completarse. La mayoría tienen un objetivo básico de asesinato, pero en ciertos momentos podemos descubrir otras maneras de deshacernos de los objetivos. La ciudad cambia mientras más muertes haya, el juego lo refleja como algo negativo, pero resulta curioso que las otras vías que plantea a veces conlleven tortura o cosas similares, y el mundo lo represente como algo más positivo.
En resumen, como juego de su género es muy entretenido y la ambientación incita a investigar sus recovecos de una manera muy natural.
En el mismo sentido, las misiones ofrecen alternativas para completarse. La mayoría tienen un objetivo básico de asesinato, pero en ciertos momentos podemos descubrir otras maneras de deshacernos de los objetivos. La ciudad cambia mientras más muertes haya, el juego lo refleja como algo negativo, pero resulta curioso que las otras vías que plantea a veces conlleven tortura o cosas similares, y el mundo lo represente como algo más positivo.
En resumen, como juego de su género es muy entretenido y la ambientación incita a investigar sus recovecos de una manera muy natural.
Transistor
Visualmente es una delicia, y la banda sonora acompaña de la mejor manera posible. Si el juego te entra por los ojos o los oídos y te llaman algo sus mecánicas, es muy difícil que te decepcione, porque todos los apartados casan muy bien unos con otros.
Transistor mejora todos los aspectos que no terminaron de convencerme en Bastion. El sistema de combate me parece mucho más divertido: hay muchos poderes y mejoras independientes que se pueden combinar entre sí para desarrollar técnicas muy distintas, lo que permite jugar de la manera que más te guste.
Transistor mejora todos los aspectos que no terminaron de convencerme en Bastion. El sistema de combate me parece mucho más divertido: hay muchos poderes y mejoras independientes que se pueden combinar entre sí para desarrollar técnicas muy distintas, lo que permite jugar de la manera que más te guste.
La trama también me interesó mucho más, empezando por la ambientación cyberpunk, en la que es sencillísimo introducirse, la protagonista y el narrador, los secundarios,...
Me parece un título mucho más redondo, que no se me hizo nada largo y con más profundidad de la que aparenta.
The Beginner's Guide
Me tengo que poner serio un día y terminar una entrada (que tiene casi moho ya) acerca de los Walking Simulators. Resumiendo: me encanta que haya surgido este fenómeno y me resulta absurdo que haya gente que no los considere juegos.
Volviendo al tema que nos ocupa, TBG no es el ejemplo más representativo de este género, porque se articula de una manera muy particular, pero conecté con él de una manera tan directa y me pareció un trabajo con una sinceridad tan brutal, que no puedo dejar de colocarlo aquí.
Además, es mejor que no diga mucho más sobre el juego. Dura muy poco, se puede terminar en algo menos de dos horas, y merece la pena descubrirlo en el proceso. Si os interesan las posibilidades narrativas del medio, dadle un tiento, no creo que deje a nadie indiferente.
Además, es mejor que no diga mucho más sobre el juego. Dura muy poco, se puede terminar en algo menos de dos horas, y merece la pena descubrirlo en el proceso. Si os interesan las posibilidades narrativas del medio, dadle un tiento, no creo que deje a nadie indiferente.
Entre la ingente cantidad de juegos para móviles que hay hoy en día hay algunos muy buenos aunque a veces sea difícil seguirles la pista. Personalmente, hay cierto tipo de juegos que no me gustan, o que me resultan algo incómodos de jugar, pero que se haya creado un mercado tan accesible me parece genial (aunque el debate sobre si la gente entiende o no que es un mercado, la tendencia a requerir gratuidad y eso lo dejo para otro momento...).
En este caso ANLP tiene mucho más sentido como juego de móvil, en otra plataforma perdería parte de su encanto; cualquier persona puede adivinar por dónde van los tiros con un nombre tan explícito. Cuando abrimos la aplicación nos encontramos la interfaz de un móvil y como jugadores tenemos que explorar los distintos apartados: leyendo mensajes, consultando internet o mirando sus fotos para reconstruir la historia de la persona que ha perdido ese móvil.
Una apuesta sencilla que funciona muy bien gracias a lo cercano de su historia, que trata temas actuales y con una escritura muy directa y pulida.
En este caso ANLP tiene mucho más sentido como juego de móvil, en otra plataforma perdería parte de su encanto; cualquier persona puede adivinar por dónde van los tiros con un nombre tan explícito. Cuando abrimos la aplicación nos encontramos la interfaz de un móvil y como jugadores tenemos que explorar los distintos apartados: leyendo mensajes, consultando internet o mirando sus fotos para reconstruir la historia de la persona que ha perdido ese móvil.
Una apuesta sencilla que funciona muy bien gracias a lo cercano de su historia, que trata temas actuales y con una escritura muy directa y pulida.
Fire Emblem Fates: Conquest
Tenía que poner algún RPG más chicharra en esta lista, y si hubiera terminado Etrian Odyssey Untold 2 seguramente le hubiera robado el puesto a este título, porque le he encontrado algunos problemas, pero sigue funcionando tan bien como Awakening.
El primer problema es que me he quedado con ganas de más, y hasta que no vea alguna buena oferta no me haré con el DLC. No me parece la estrategia más amistosa con el consumidor, separar el juego en partes, Conquest deja una sensación cercana a títulos clásicos de la saga, pero al mismo tiempo se nota que hay algo más que no te están contando.
La historia es muy sencilla y previsible. Casi ningún personaje destaca y resultan bastante planos y sin mucho transfondo si nos centramos en la trama principal. Por ello lo más interesante es el sistema de conversaciones. Cuando dos unidades pelean juntas ganan confianza, lo que desbloquea diálogos extra que permiten conocerlas mejor. Aun así, los personajes siguen siendo bastante tópicos en su mayoría.
Donde el juego brilla es en sus combates. El sistema general de la saga se mantiene con la excepción de que las armas no se gastan (objetos y bastones sí); también está la opción de jugar en modo con muertes permanentes y dos sistemas de resurrección, así como varios niveles de dificultad. Lo más interesante es que la combinación del mapeado y objetivos a batir crean situaciones verdaderamente desafiantes. En modo clásico perdí la cuenta de reintentos de algunas misiones por mi afán de evitar la pérdida de algunas unidades.
El primer problema es que me he quedado con ganas de más, y hasta que no vea alguna buena oferta no me haré con el DLC. No me parece la estrategia más amistosa con el consumidor, separar el juego en partes, Conquest deja una sensación cercana a títulos clásicos de la saga, pero al mismo tiempo se nota que hay algo más que no te están contando.
La historia es muy sencilla y previsible. Casi ningún personaje destaca y resultan bastante planos y sin mucho transfondo si nos centramos en la trama principal. Por ello lo más interesante es el sistema de conversaciones. Cuando dos unidades pelean juntas ganan confianza, lo que desbloquea diálogos extra que permiten conocerlas mejor. Aun así, los personajes siguen siendo bastante tópicos en su mayoría.
Donde el juego brilla es en sus combates. El sistema general de la saga se mantiene con la excepción de que las armas no se gastan (objetos y bastones sí); también está la opción de jugar en modo con muertes permanentes y dos sistemas de resurrección, así como varios niveles de dificultad. Lo más interesante es que la combinación del mapeado y objetivos a batir crean situaciones verdaderamente desafiantes. En modo clásico perdí la cuenta de reintentos de algunas misiones por mi afán de evitar la pérdida de algunas unidades.
Se me antojó que tenía que estrenar el portátil nuevo con Inside, y así lo hice. Lo terminé de una sentada. Por otra parte, me compré la edición física para PS4 que venía con Limbo en cuanto salió y he rejugado este último. Pero aquí no voy a decir mucho más porque desde que lo jugué que tengo una entrada a medias hablando de él, espero publicarla pronto. Y tampoco voy a decir mucho de Oxenfree por el mismo motivo. No recuerdo de donde me vino la recomendación, pero el aspecto visual y la ambientación me cautivaron desde el primer momento. Algo más perdida tenía la entrada de Trails in the Sky, un JRPG de corte clásico con un mundo muy vivo; espero no tardar en publicarla tampoco.
Y por último, una de las sopresas del año: tengo una partida de unas setenta horas a Divintiy Original Sin, estoy cerca del final pero aún no lo he terminado. Me parece un juego buenísimo que no ha hecho más que dejarme con ganas del segundo, que espero comprar cuando rebaje un poco el backlog. Si no lo he terminado aún es porque lo estoy jugando cooperativo al 100% y de hecho me parece una de las mejores cosas del juego, que tenga cooperativo online y con posibilidad de local.
Y por último, una de las sopresas del año: tengo una partida de unas setenta horas a Divintiy Original Sin, estoy cerca del final pero aún no lo he terminado. Me parece un juego buenísimo que no ha hecho más que dejarme con ganas del segundo, que espero comprar cuando rebaje un poco el backlog. Si no lo he terminado aún es porque lo estoy jugando cooperativo al 100% y de hecho me parece una de las mejores cosas del juego, que tenga cooperativo online y con posibilidad de local.
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